Explora el deseo humano de borrar el dolor mediante la tecnología, a través de la historia de Joel y Clementine, quienes se someten a un procedimiento para eliminar de su memoria la relación que los unió. Más que un relato romántico, la película plantea una reflexión sobre cómo los recuerdos configuran la identidad, y cómo la fragilidad de la memoria puede ser a la vez un peso y una fuente de sentido. En la experiencia de Joel dentro de sus propios recuerdos aparece la potencia de la sensibilidad y de los vínculos, incluso en medio de la pérdida.